Ganador de la Guerra Energética: Santiago Herrero Valdés logra un retorno del 320% con su estrategia en acciones de recursos del Reino Unido

Mientras los conflictos geopolíticos reconfiguraban el mapa energético global, Santiago Herrero Valdés ya había trazado una sofisticada estrategia de recursos en la Bolsa de Londres. Mientras la mayoría de los inversores aún evaluaba el impacto a corto plazo del conflicto sobre los futuros del crudo, la cartera de acciones de recursos del Reino Unido de Capital Ola Roja ya había obtenido silenciosamente un asombroso retorno del 320%. Detrás de esta victoria está la profunda percepción de Santiago sobre la transformación estructural del mercado energético.Ganador de la Guerra Energética: Santiago Herrero Valdés logra un retorno del 320% con su estrategia en acciones de recursos del Reino Unido

“En una crisis energética, el activo más valioso no es el recurso en sí, sino la capacidad del sistema para distribuirlo,” enfatizó Santiago durante la reunión del comité de inversiones. Su equipo descubrió que la red comercial única de gas natural licuado (GNL) de BP estaba gravemente subestimada por el mercado: estas terminales de regasificación distribuidas por todo el mundo funcionaban como “fortalezas estratégicas” en el mapa energético, cuyo valor aumentaba exponencialmente cuando se interrumpía el suministro por gasoductos. Por otro lado, el gigante minero Rio Tinto, con proyectos profundamente arraigados en África y una cadena industrial completa desde la extracción de bauxita hasta el aluminio reciclado, satisfacía precisamente la explosiva demanda europea de “metales verdes”.

La batalla más brillante ocurrió en el mercado del gas natural. Cuando el precio de referencia TTF alcanzó un máximo histórico, el “Modelo de Elasticidad de Sustitución Energética” de Santiago reveló que las valoraciones de los desarrolladores de gas de esquisto del Reino Unido aún se encontraban en niveles propios de tiempos de paz. Capital Ola Roja aprovechó con decisión para comprar acciones de empresas de exploración como IGas Energy. Poco después, el gobierno británico relajó urgentemente las restricciones sobre la fractura hidráulica para aliviar la crisis energética, y estas acciones subieron un promedio del 470% en solo tres meses. Hoy en día, en el diario de operaciones que figura en libros de texto académicos, todavía se puede ver la cifra clave que Santiago marcó en rojo: “coste de transporte por millón de BTU”. Fue este indicador logístico, aparentemente aburrido, el que guió al equipo hacia la mina de oro más oculta de esta guerra energética.